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PADRE NUESTRO (1)
“El hombre sólo se puede comprender a partir de Dios, y sólo viviendo en relación con El, su vida será verdadera”. “Puesto que ser hombre significa esencialmente relación con Dios, está claro que incluye también el hablar con Dios y escuchar a Dios”. Sabemos que: “Dios se dirige a cada uno llamándolo por su nombre”. “El amor de Dios por cada uno de nosotros es totalmente personal y lleva en sí ese misterio de lo que es único y no se puede divulgar ante los hombres”. “La relación con Dios, es importante que permanezca en el fondo de nuestra alma. Hay que avivarla continuamente y referir en ella los asuntos de la vida cotidiana”. “Cuanto más presente está Dios en nosotros, más podemos estar verdaderamente con El en la oración vocal”, y con la oración vocal “se hace realidad y se profundiza nuestro estar con Dios”. San Lucas (11,1) nos dice que Jesús oraba en cierto lugar y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar”. El Padrenuestro es, ante todo, el encuentro con la oración de Jesús. Es la oración de Jesús, es Su oración personal. Nosotros al rezarlo nos unimos a El, y El nos ayuda para que oremos como El espera de cada uno de nosotros.
- Padre nuestro: Por Cristo, el Hermano mayor, podemos llamar a Dios Padre. Por Cristo somos hijos de Dios. Cristo nos ganó este don. Y con Su ayuda somos cada dia más y más hijos.
- Santificado sea tu nombre: Dios se ha hecho accesible y podemos invocarle. Somos hijos que queremos reconocerle y alabarle. No queremos desfigurar su imagen. Queremos, con su ayuda, alabarle con nuestra vida.
- Venga a nosotros tu reino: Dios reina en el corazón del hombre que desea amarle. Amarle es pedir que “cada vez seamos más uno con El”. “¡Déjanos ser tuyos Señor! Empápanos, vive en nosotros”. Cristo es el reino. Que Cristo venga a nosotros.
- Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: “allí donde se cumple la voluntad de Dios está el cielo” “Que la tierra se convierta en cielo”. Que el mundo viva en Tu presencia y cada decisión humana libre sea un caminar hacia Ti. Que Tu voz, en nuestra conciencia, ilumine nuestros pasos
- Danos hoy nuestro pan de cada dia: Para nosotros y para que nosotros podamos darlo a nuestros hermanos. “Dadles vosotros de comer” dice el Señor en Mateo 6,37. Los seres humanos, con los dones recibidos, estamos llamados a superarnos, a dar fruto, a trabajar para todos. Y, con la ayuda del Padre, conseguir “el pan de cada dia” para todos.
- Perdona nuestra ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden: “Las ofensas solo se pueden superar mediante el perdón” “el perdón cuesta, hay que reparar el daño recibido, cauterizarlo, y así renovarse a si mismo. Este proceso de purificación interior del ofendido es deseable que alcance al que ofendió”. Cristo mereció el perdón de todos los pecados, que nuestras súplicas consigan que llegue a todos nosotros su fuerza redentora.
- No nos dejes caer en la tentación: “Aceptamos la prueba, confiamos que no será superior a nuestras fuerzas. Sabemos que Dios no nos suelta de la mano”. Dios ayuda siempre si libremente le pedimos Su ayuda, y la tentación vencida, purifica y fortalece.
- Líbranos del mal: Que en toda dificultad, pequeña o grande, nunca olvidemos a Dios y acudamos a El para vivir en Su presencia. ”Que no se nos arranque la fe que nos permite ver a Dios, que nos une a Cristo”. “Que por los bienes que nos rodean, no perdamos al Bien mismo”.
Padre Nuestro enséñanos a orar con Cristo y con toda la humanidad.
Junio 2012 Benedicto XVI: “La oración del Señor”, Cap. 5 de “Jesús de Nazaret – 1ª parte”
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