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El AÑO DE LA FE (1)
Benedicto XVI convocó el año de la fe el 11 de Octubre del 2011. Pide a toda la cristiandad a dedicar una especial atención al don de la fe, durante los meses del 11 de Octubre del 2012 (aniversario de la apertura del Concilio vaticano II) al 24 de noviembre del 2013 (fiesta de Cristo Rey del Universo). El objetivo que propone es “escuchar la palabra de Dios que se anuncia, y dejarse plasmar por la gracia de Dios que transforma” La fe es un don, es un regalo que Dios imprime en la conciencia de todo ser humano. Dios espera la respuesta libre del hombre y, entonces, con amor de Padre hace crecer este don en el corazón de aquel que busca y desea encontrarle. El Papa recuerda “la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar, de manera cada vez más clara, la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo”. Como la samaritana “también el hombre actual puede sentir, de nuevo, la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús que invita a creer en El”. El año de la fe “es una invitación a una auténtica y renovada conversión”. Es una invitación a creer porque “la fe sólo crece y se fortalece creyendo”. Habrá que intensificar la reflexión sobre la fe “para ayudar a todos los creyentes en Cristo para que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa”. El Papa invita a “profesar públicamente el Credo” y “celebrar la fe en la liturgia, de modo particular en la Eucaristía” y “a que los creyentes den testimonio creíble de esta fe en su vida”. Cuando nos santiguamos proclamamos nuestra fe “en un solo Dios que es Amor: el Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor”. En este año hay que profundizar en “¿De qué sirve a uno tener fe si no tiene obras?”. La fe es la fuerza que impulsa a realizar buenas obras: principalmente amar y servir al prójimo. Ama a Dios sobre todas la cosas y al prójimo como a ti mismo, dice el Señor. “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado” dice Jesús de Nazaret”. Para acceder a un conocimiento sistemático del contenido de la fe, el Papa recomienda el estudio y asimilación del Catecismo de la Iglesia, fruto del Vaticano II. A través de sus páginas se descubre que nuestra fe no es una teoría sino el encuentro con una Persona. La fe no es “un mero asentimiento intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios, es un acto de entrega libre a un Dios que es Padre y que nos ama, es la adhesión a un “Tu” que da confianza y esperanza”. Maria es la antorcha que ilumina nuestra fe. Tuvo fe en la Encarnación, en la vida oculta de Jesús y en la vida pública, en la pasión y en la resurrección de su Hijo. Estuvo en Pentecostés y orientó a la Iglesia en sus comienzos. Maria ayúdanos a que nuestra fe crezca dia a dia.
(1) Carta Apostólica con la que se convoca el año de la fe. Benedicto XVI. 11 de octubre del 2011
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