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LA FE ACTO ECLESIAL
Como dice Benedicto XVI: (1) “La fe es un don; Dios toma la iniciativa y nos sale al encuentro; nosotros respondemos y le acogemos como fundamento estable de nuestra vida”. Pero la fe no la vivimos solos. Es cierto que es una respuesta personal: Creo. Pero este creo no es el resultado de una reflexión o de un pensamiento solitario propio, “sino que es el fruto de una relación, de un diálogo en el que hay un escuchar, un recibir y un responder”. La fe nos llega “a través de una comunidad creyente que es la Iglesia y me introduce en la multitud de los creyentes, en una comunión que no es sólo sociológica, sino enraizada en el eterno Amor de Dios, que en Si mismo es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” , “Nuestra fe es verdaderamente personal si es también comunitaria”. Los domingos en la Santa Misa recitamos el credo. Ese “creo” personal se une al inmenso coro, en el tiempo y en el espacio. Creer es un acto personal y eclesial, comunitario … Porque la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe. Desde Pentecostés ella difunde la buena nueva del Reino de Dios y conduce así a cada hombre a su encuentro con Cristo. El Vaticano II recuerda que “Dios quiso santificar y salvar a los hombre no individualmente y aislados, sin conexión entre sí, sino hacer de ellos un pueblo para que Le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa”. La Sagrada Escritura y la Tradición nos garantizan que aquello que creemos es el mensaje de Cristo, predicado por los Apóstoles. La Iglesia conserva y transmite este Tesoro a través de los tiempos y de los lugares. En la comunidad eclesial es donde la fe personal crece y madura. Se fortalece cada individuo y enriquece a la comunidad. Además, quien tiene y vive la fe, está llamado a convertirse en punto de referencia para los demás, poniéndoles así en contacto con la Persona y el mensaje de Jesús, que revela el rostro de Dios viviente: “La fe se fortalece dándola” dice Juan Pablo II “En un mundo en el que el individualismo parece regular las relaciones entre las personas, haciéndolas cada vez más frágiles, la fe nos llama a ser Pueblo de Dios, portadores del amor y de la comunión de Dios para todo el género humano”.
Febrero 2013
(1) Benedicto XVI. Audiencia General Miércoles 31 de Octubre de 2012
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